José “Pepe” Madero Vizcaíno, otrora líder de PXNDX llega por primera vez a Europa en este 2025 en un increíble tour junto a La Gusana Ciega. Con motivo de su primera gira por el viejo continente que lo va a tener tocando en el Vive Latino en Zaragoza, con paradas en Madrid, Barcelona, Múnich, Berlín y París nos encontramos con el artista regiomontano alrededor de una taza de café, donde nos ofrece una gran charla sin esquivar ninguna pregunta, con su amabilidad característica y destilando talento por sus cuatro costados.

Mauro Nicolás Gamboa: Hola Pepe, en primer lugar, gracias por tu tiempo y por atender a Conciertos Encore aquí en Europa. Posees una sólida y exitosa trayectoria de 25 años sobre tus espaldas, recorriendo escenarios de medio mundo ¿Cuál es el combustible para seguir a este ritmo?
Pepe Madero: Pues mira, hay de todo tipo de combustibles: el artístico, el de superarte, el de llegar a más gente, de hacer música mejor, de que le guste más a tu público cada vez lo que vas sacando, porque no quiero ser de esos artistas que de repente llegaste a un pico y luego ya va cayendo todo y te conviertes en un artista de catálogo, de que ya a nadie le interesa lo nuevo. Lo que más me empuja a mí es más lo artístico.
En septiembre inicias tu primera gira europea junto a La Gusana Ciego, con paradas en el Vive Latino en España, Madrid, París etc. ¿Qué emociones albergas en tu interior ante este arribo?
Se me hace raro que me tardé tanto tiempo en cruzar el Atlántico, porque yo sé de artistas relativamente nuevos que ya están en su pasada número cinco acá. Tengo que ganarme al público español. Creo que España, es una tierra muy fértil para un proyecto como el mío. Conozco varias bandas de acá, que escucho y que pueden llegar a sonar un poco similar a lo mío. Creo yo que ese es el motor de seguir dándole para crecer acá, como hemos crecido en otros países en Latinoamérica.

En esos instantes previos antes de un show tan atrapante como el tuyo ¿Cómo es tu interior antes de subir al stage?
Son de relajación. Ya no estoy nervioso, no me da ansiedad. Cuento con un equipo muy profesional y que le confío 100%. Sé que todo va a estar bien. Me toca a mí relajarme, estar en el camerino bromeando, riendo, sin tener lo que se viene en la cabeza, sin que me esté dando vueltas, sin que me esté preocupando. Eso me ha abocado en los últimos años que, una hora antes de subir al escenario, estoy totalmente relajado, sin tener compromisos, porque necesito para aclarar el mecanismo, borrar todo, cualquier tipo de preocupación para dar un show completamente bueno. Mientras estoy en ese proceso de relajación, estoy calentando, estoy haciendo mis ejercicios. Alguien me está contando algo o están bromeando con no sé qué, ya es como un reflejo. Entonces hemos tenido tantos shows que ya se hizo como que todo un ritual.
Pepe, como artista, ¿Dónde eres más feliz? ¿Escribiendo, componiendo, en vivo, en el estudio de grabación, en gira?
Que buena pregunta. (piensa unos instantes) Dónde se desenvuelve el proyecto en su totalidad y como se presenta, pues obviamente es en el en vivo. Donde realmente me siento, así como que más en paz o más pleno, es en el estudio.
Mencionas la palabra paz. ¿Qué dura más en la vida, la paz o la felicidad?
¿Qué dura más? Ninguna(risas)
El año pasado presentabas este gran disco que es Sarajevo. ¿Sarajevo, para ti, qué representa?
¿El álbum?
¿El álbum, la palabra, la ciudad?
La ciudad, pues no te podría decir porque no estuve más de dos horas ahí. Lo poco que estuve y lo que investigué estando ahí, pues me llamó la atención que es una ciudad que, tras la guerra que sucedía en la ex Yugoslavia, fue la ciudad más golpeada, era el epicentro de todo. En la reconstrucción, la gente de la ciudad reconstruyó con los escombros y las ruinas de lo destruido y eso pues, como que conectó conmigo a un nivel, digamos, emocional. Hablo mucho en mis canciones de destruirte emocionalmente y cómo salir, digamos, glorioso de esa destrucción. Entonces, para mí, por eso conectó mucho esa parte de la ciudad. Fonéticamente, me gusta cómo suena, entonces también por eso la agarré para el álbum sin tener una razón detrás. Como álbum, titulado Sarajevo, es el álbum más desafiante que tuvimos en el estudio.
También nos manifiesta el compositor que “… Exploramos mucho con sonidos y con ritmos electrónicos e industriales de los noventa… Amalgamar esos dos elementos tan distintos… Fue muy trabajoso el llegar a este resultado final, que lo llegamos con éxito. Fue lo más desafiante y para mí es como un problema resuelto… Son canciones que tienen un elemento profético, que no sé por qué tipo de energía o qué tipo de magia se convirtieron en tal, pero sí, escribí estas canciones en otro momento de mi vida y llegaron a describir mi vida actual…”,
El compositor se muestra cercano durante toda la conversación, reflexivo, de muy buen humor, audaz, y nos explica las colaboraciones de alto calibre con las que han contado en Sarajevo (2024) y su último single publicado junto a la leyenda viviente, Mijares.
En “Rey Ahogado” me acompaña Lasso, con quien ya había yo colaborado en una canción de él. Nos hicimos amigos. Lo admiro mucho como artista, me cae muy bien como persona. Es una canción que es como un tipo de manifiesto que habla sobre la trinidad del artista, su público y la obra, esa relación digamos incestuosa. Entonces dije, ¿sabes qué? Voy a buscar a alguien que me acompañe a cantar, a otro artista que quizás se pueda identificar con esto.
La otra canción se llama “Dafne” y he contado con una artista emergente mexicana que se llama Sofía Thompson. Ella me abrió unos conciertos, recién terminó la pandemia, me gustó mucho su voz. La invité porque la canción es una conversación entre un hombre y una mujer, en que la mujer le pide a su pareja artista que deje de escribir canciones tristes, que le haga una canción de amor,
“El Méndigo día del padre” es mi último single hasta la fecha y se lanzó para el Día del Padre en México. La escribí en el 2019 cuando a mi papá lo diagnosticaron de cáncer, y lo metieron a cirugía para removerle el tumor, más o menos por esas épocas del Día del Padre, entonces le escribí esa canción como regalo a él, nunca pensé que iba a ver la luz del día, y pues grabé un demo con la voz de un amigo que canta así muy tipo voz de señor, entonces lo grabé así como está la canción, y pasaron seis años y me topé el correo donde venía ese demo, y volví a escuchar la canción, y dije, no está mal, debería grabarla bien y conseguir una colaboración decente, y le hablé a la disquera de que, oye, pues quiero sacar esto, pero no tengo con quién, y me consiguieron a Mijares, le pusieron la canción, le gustó y me dijeron vamos a darle. El video no pudimos juntarnos a grabar porque yo estaba de gira en Sudamérica, él tenía sus conciertos también, entonces pues todo fue a distancia, y pues se lanzó, y como que tocó fibras de mi público que no había tocado antes, como que yo también no suelo ser tan compartido en mis emociones personales o en mis vivencias privadas, entonces esta canción está demasiado específica en mi vida privada. A mi papá le gustó mucho la sorpresa, que lo interpretara Mijares, que es un icono.
Hablando de emociones, tú como artista, como músico, y a lo mejor también como persona, ¿te retroalimentas de esa energía que emana del público hacia ti?
Sí, claro. Justo lo estaba platicando ayer. Nos acostumbramos a tener shows en lugares muy grandes y la gente no está tan próxima, pero le agarras esa energía. Por ejemplo, ahora hicimos varios shows en Lima, en un lugar más pequeño y a la gente la tienes aquí cerquita (realiza el gesto de acercar su mano a su rostro), es una retroalimentación mutua.
Hablando de fans. Al estar en una época que todos tienen cámara de fotos en el teléfono ¿Te ha pasado de que te paren en la calle porque te han confundido con otro artista?
¡Ah, claro! Pasa seguido. Imagínate en un aeropuerto y se acerca una persona, otra persona, y empieza a llamar la atención de toda la gente que está alrededor, de repente nunca falta la señora, de que oye, pues yo también, no sé quién eres, pero pues, quiero la fotografía (risas) Ustedes son los de Molotov, no, de que, sí, sí, sí, y me gusta no corregirlos, de que sí señora, somos los de Molotov.
Hablando de escribir y demás, las musas, ¿cómo se te manifiestan? ¿Te llaman por la noche? ¿Te encuentran paseando?
Me encuentran sentándome a trabajar.
Como bien decía Picasso, la inspiración que llegue, pero que me pille trabajando.
Exacto. Pero acá ponle que me llegue la inspiración ahorita con esta conversación, y yo decir, oye, dijo una frase que me gustó y ahorita me acuerdo y la anoto, pero la anoto y ahí se muere la inspiración. El problema es cuando te sientes a trabajar y dicen que estoy bloqueado, no puedo. Pues la mejor manera para mí de ganarle a ese bloqueo es no pararte. Sigue, sigue y sigue y luego al día siguiente, sigue, sigue y sigue. Ahí es donde sale todo. Nunca me ha pasado en el que estoy, no sé, haciendo ejercicio, de repente, deja, deja de hacer lo que estoy haciendo, agarra una guitarra y deja de escribir, nunca, no me pasa. Pero yo, como dice Picasso, que me pille trabajando, exactamente, y así es, creo más en la disciplina que en la inspiración.
Hablando de trabajar, cuando has tenido unos textos guardados que no prosperan, no tienen esa vida o ese recorrido que un artista espera, van al baúl de los recuerdos, ¿en algún momento acudes a ellos o quedan ahí estancados?
No. Lo que no usé en el momento que lo necesitaba, no creo que tengan uso futuro. Igual, lo que me pasa con canciones que compongo y llego al momento ya de producir el álbum y digo, esta canción no me convenció, esta es que no la voy a hacer, ¿para qué? Esa canción automáticamente se va a la basura. O, quizá, si digo, ¿sabes qué? Tenía una buena lírica en el coro, la revisito en el futuro y agarro la letra y lo uso en otro lado. Pero, esa canción en sí se va a la basura.
Hablando de canciones, ¿la canción te pide que la sueltes o se suelta sola de la mano?
Pues mira, te la voy a cambiar un poco. Me pasa muy seguido que cuando termino de componer un álbum, siempre queda una canción que no logró su existencia, que me está picoteando. Regreso a ella y normalmente es la mejor canción del álbum. Me pasa mucho eso, en el que esa canción quedó hasta el final. Por ejemplo, la que para mí es la mejor canción de este álbum, que se llama “Día de Mayo”, fue la última que hice. La hice porque dije, siento que falta una y siento la cosquilla de que está por salir. Y de repente la hice y dije, wow, y fue un primer sencillo.
Pepe, ¿existe la canción perfecta?
Sí. Claro. Siempre la busco en todas mis canciones. A todas las hago pensando en ser la mejor canción de la historia, así las hago.
La primera escucha cuando has terminado una canción, ¿a quién se la haces?
Cuando está listo el demo, sí, pero cuando la compongo a nadie. No enseño mis grabaciones de cuando estoy componiendo, no las enseño porque están terribles.
Ya para concluir, agradeciéndote por tu tiempo, por tu amabilidad y para que la gente te conozca un poquito más, ¿qué recuerdos albergas en tu interior de tu etapa como estudiante de derecho, de abogacía?
Bueno, empezó mi carrera en la música yo siendo estudiante de derecho. Tomé unas malas decisiones, por ejemplo, cuando salió el primer álbum de Panda, metí media carga lectiva. Cuando empezó a pasar algo que fue en el segundo álbum, ya me estaba por graduar, entonces tenía que tomar la carga completa, entonces sí fue una chinga. Esos últimos dos semestres fue un infierno porque estábamos promocionando el disco, shows fuera de Monterrey, teníamos mucho trabajo en la Ciudad de México y pues yo tenía que regresar cada lunes a seguir con mis clases y sí, era un momento muy caótico.
Ciertas palabras de aquella etapa de estudiante de derecho, ¿te han ayudado al momento de escribir?
Sí. Al tener tanta tarea por leer en derecho para el día siguiente, mínimo 100 páginas, te abre un poco el cerebro en cuestión del léxico, lenguaje, sintaxis, etcétera. Esa escritura te lo hace mucho más rica.
Pepe, muchísimas gracias por su tiempo por tu amabilidad y éxitos en la próxima gira europea
¡Gracias a ti!
