Ya llevamos 7 meses de confinamiento debido a la pandemia que nos encontramos viviendo, en estos momentos la música nos ha ayudado a sobrellevar las cosas. Algunos hemos podido comprar boletos para los conciertos digitales, una pequeña manera de poder revivir la emoción de escuchar música en vivo.
Algo curioso de estos conciertos digitales, es que podemos interactuar con los artistas que nos gusta escuchar, sin duda alguna es una nueva experiencia. Pero ¿se han preguntado si alguna vez el ir a festivales y conciertos lo convertimos en una rutina?
Muchos recordaremos el año pasado, todos los festivales que llegaron al país, algunas veces, criticamos el lugar donde se haría, el line-up, el costo de los boletos, etc.
Pero ¿en qué momento es cuando empezamos a valorar el poder disfrutar las experiencias que nos ofrecen los festivales? Recordemos que no solo es la música, los escenarios, es la gente que podemos conocer, es el amigo que podemos hacer cuando estamos cantando nuestra canción favorita.
A veces necesitamos perder algo para que apreciemos el valor que tenía, pero esto no pasará con los festivales, lo que estamos viviendo es momentáneo, muchos ya queremos poder asistir a un festival, solo estamos esperando la noticia de que regresan. Pero algo que tenemos que pensar la próxima vez que asistamos a uno, es crear todos los recuerdos posibles para guardarlos, disfrutarlos, vivirlo como si fuera el último al que asistiremos en nuestra vida.